Anarquistas en Defensa de la Ciudad: un comunicado de la CATL sobre las luchas contra la gentrificación

¡Pan, vivienda y bienestar para todos!
Pioter Kropotkin, La conquista del pan

En pocas palabras, gentrificación quiere decir que, a través del aumento de precios y la construcción exclusiva de viviendas de lujo, están expulsándonos a lxs más pobres de nuestros barrios, pueblos y ciudades. En México, esto es ya una realidad. En el caso de la CDMX, por ejemplo, los propios números del gobierno proyectan que, para 2035, la gentrificación habrá expulsado a más de un millón de los hogares más pobres.

Los responsables de este despojo son a) las inmobiliarias que especulan con la construcción masiva de viviendas de lujo con un precio medio de 7 millones, inaccesible para los hogares más pobres. Es también responsable b) el gobierno que aprueba y defiende estos proyectos, haciendo caso omiso a la necesidad de vivienda social. El tercer responsable es c) el colonialismo. Personas de países del 1er mundo vienen a nuestros barrios a ocupar esas viviendas que nosotrxs no podemos pagar.

Paradójicamente, en algunos casos, algunas de las personas que vienen a ocupar los barrios despojados, son ellxs mismxs victimas de la gentrificación en sus países. Expulsados por los altos precios en sus países, vienen a ocupar nuestros barrios. Y nosotros al ser expulsadxs, terminamos mudándonos a zonas más económicas y a su vez , en algunos casos la gente de la ciudad gentrifica poco a poco esa zona periférica y expulsamos a quienes vivían ahí.
La gentrificación se convirtió en una cadena de despojo.

Pero no nos iremos sin luchar. En los últimos años, lxs vecinxs se han organizado para defender sus barrios.

En la CDMX, basta nombrar las luchas de los pedregales de Coyoacán, en defensa del manantial, de lxs vecinxs de la colonia Juárez, de Xoco, de Azcapotzalco, de Milpa Alta… El mes pasado, la organización popular en Tepic, Nayarit, logró frenar un megaproyecto que pretendía destruir la Ciudad de las Artes. Además, debemos voltear a ver las organizaciones que están creando cooperativas de vivienda en espacios okupados como una alternativa real a la crisis de vivienda.

En este contexto, las marchas contra la gentrificación del último mes han logrado poner el tema sobre la mesa en la agenda nacional. Pero no basta con marchar. Esto supone limitar el movimiento a sólo pedir al gobierno, cómplice del despojo, que resuelva el problema. Marchar es el primer paso, pero debemos construir nuestras propias soluciones al problema de la gentrificación. La vivienda digna es nuestro derecho y la única forma de obtenerlo es ejercerlo.
Para dar el siguiente paso en la lucha, desde la CATL considerarnos:

1. Alto a la criminalización: El gobierno y sus medios están aprovechando algunos daños a propiedad de empresas e instituciones durante las manifestaciones para deslegitimar el movimiento. ¡No les hagamos el juego! Nos acusan de violentxs porque algunxs compañerxs sacan su coraje contra toda esa infraestructura que nos excluye. Pero no olvidemos quiénes son los verdaderos violentos. Son las inmobiliarias quienes nos expulsan de nuestros barrios, son las relaciones coloniales las que convierten nuestros recursos en un botín para los países del 1er mundo; y es el gobierno quien nos reprime cuando protestamos. Ellos son nuestros verdaderos enemigos, no compsñerxs que protestan de forma diferente a la nuestra. Más allá de nuestras diferencias, nos une una causa común. Si logramos entendernos, cuidarnos y apoyarnos desde nuestras diferencias, seremos invencibles.

2. Alto a los discursos xenófobos: No olvidemos quiénes son nuestros verdaderos enemigos, quiénes nos están expulsando de nuestros barrios.En el trabajo nos pagan salarios de hambre, las rentas e impuestos están cada vez más elevados, las inmobiliarias llenan los barrios de vivienda impagables, no hay acceso a vivienda social. Ataquemos a quienes nos oprimen: El Estado y los grandes capitales. No es una cuestión de color de piel, el verdadero problema es la desigualdad y las instrucciones que la mantienen.

3. Hay que llevar la lucha a donde está el despojo. Como ya dijimos, las marchas tienen su límite. Sirven para visibilizar el problema pero, si queremos defender nuestro territorio y ejercer nuestro derecho a la vivienda, hay que regresar la lucha a nuestros barrios y pueblos. Es a nivel local que podemos dar el siguiente paso, de las marchas a la organización y la construcción de propuestas autogestivas propias. Es momento de organizarnos con nuestrxs vecinxs, conocernos y prepararnos para resistir juntxs al despojo. ¿Qué podemos hacer?

a) El primer paso es informar y explicar a nuestrxs vecinxs el problema e invitarles a organizarnos a nivel local.

b) Ya juntxs, podemos ubicar y protestar contra los megaproyectos que nos afectan directamente.

c) Podemos también crear organizaciones de inquilinxs para resistir contra los aumentos de rentas, servicios o posibles desalojos.

d) Podemos, también, seguir el ejemplo de los “resahucios” de Canarias. Allá, para hacer frente a la crisis de desahucios, colectivas autónomas empezaron a okupar edificios vacíos para que la gente despojada de su hogar pudiera vivir.

Es momento de defender nuestro territorio urbano o solo nos quedará resignarnos y prepararnos para ser expulsadxs definitivamente. Las marchas contra la gentrificación han dado el primer paso, pero es momento de convertir todo ese descontento en organización y en alternativas reales a la crisis de vivienda. Una marcha puede protestar, pero una red de asambleas barriales autónomas puede verdaderamente resistir y derrotar los procesos de gentrificación.

Coordinadora Anarquista Tejiendo Libertad
28 de julio de 2025.

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