
Este día en la historia del anarquismo, el 23 de octubre de 1956, recordamos la Revolución Húngara, cuando los estudiantes manifestantes y las clases trabajadoras húngaras en general se enfrentaron a la policía secreta y al Ejército Rojo.
Tras días de huelgas y disturbios que desembocaron en un tiroteo, los manifestantes lograron derrotar a la policía secreta del país e incluso negociaron la retirada del Ejército Rojo de Hungría… por un tiempo, claro está.
Las milicias proletarias improvisadas no perdieron tiempo en saquear fábricas para armarse. Desafortunadamente, era demasiado tarde, pues que los tanques del Ejército Rojo fueron enviados de vuelta a los pocos días, esta vez con órdenes de aplastar brutalmente la revuelta. Tres mil húngaros fueron asesinados, unos veinte mil fueron encarcelados y cientos de miles más huyeron. Posterior a este hecho hubo muy poca disidencia en Hungría durante el resto de la existencia de la URSS.
